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Hoy me siento extraña. Como ida. ¿Será que todo esta cambiando? ¿Que estoy creciendo? Será que al fin de a poco, estoy empezando a ver las cosas con mayor claridad? No, de eso no estoy segura.

Voy a hacer una confesión, no tan nueva para todo aquél que realmente me conoce; la verdad es que nunca me quise, ni un poquito. Lo ambiguo es que, ahora... Con el correr del tiempo, no es que me esté empezando a querer; sino más bien que al estar haciendo cosas nuevas, productivas, y que sé que me hacen bien a mi y a mi futuro, es como si confiara un poco (apenas) en esa persona que tengo adentro. Con ella me enojo, hasta llego a putear para mis adentros, cuando las cosas que tranquilamente pueden salirme bien sin esfuerzo alguno, me salen mal... Pero por no poner ni un poco de voluntad. Sin ir más lejos, el tema estudio. Estuve estudiando 15 años de mi vida Inglés; y ahora no puedo... perdón "no puedo" en la facultad con las cursadas, ni hablar de los finales. No señores.

La vida últimamente, me está enseñando a vivirla. Con sus idas y venidas. Sus altibajos de siempre, de los que te marcan de por vida. Vivo momentos de plenitud, como de tristeza absoluta. Pero por suerte estoy rodeada de esas personas que no me dejan caer, ni un escalón. Es por y para ellos que vivo: mis familiares y mis amigos cercanos (ya saben quienes son). Es extraño que de a poco, con el pasar del tiempo ese círculo de amigos, mas que nada, se vuelve más chico, mas íntimo...No tengo ni tuve miedo de dejar de ver a cierta gente. Es más, no hace mucho me alejé de ciertas personas con las que estuve mucho tiempo muy pegada... Pero fue extraño, porque a pesar de haberme molestado en ese momento, no me dolió. Ni duele.

Los círculos se van cerrando, la familia poco a poco va tirando para lados diferentes. Integrantes nuevos se van sumando poco a poco, y otros lentamente se van. Se despiden con un hasta siempre, "Gabrielita" (así me decía Ella). Todos dejan su marca: amigos, familia, simples conocidos o gente que tal vez te cruzas una ó dos veces en la vida. De cada una de todas esas personas uno lleva algo. Aprendemos por imitación, desde chiquititos. Nos limitamos a responder ciertos estímulos. Y de golpe, la vida da un giro inesperado: nos empuja a madurar... y nosotros no queremos. Cerramos los ojos; queriendo volver a ser esos mocosos que estábamos más pendientes si teníamos tal o cual figurita, a ahora pasar a pensar en un futuro, no muy lejano pero futuro al fin: trabajos o estudio (o ambas).

Cómo quisiera poder tener la capacidad que tienen algunas personas, de decidir una sola vez algo y acertar; pero se ve que mi vida se hizo para ir y venir. Andar y desandar caminos. No tengo miedo a equivocarme, pero si tengo miedo (y mucho) de lastimar a los que me rodean; tengo miedo de que mi círculo se rompa.

¿Será que el tiempo va pasando y me voy dando cuenta de las cosas que realmente valen la pena?...